Un líder debe ser una persona
equilibrada en todas las dimensiones de su vida. Una cualidad importante es la sensatez
y que se ocupe de alcanzar las metas y compromisos establecidos, junto a su
equipo. Ante todo, debe ser un formador de voluntades y forjador de motivación.
Su forma de actuar y ser debe
orientarse por estas habilidades
- Iniciación: facilita y sabe aceptar nuevas ideas y prácticas.
- Interacción: interactúa e intercambia ideas con su equipo para llegar a consensos democráticos. Además, destaca los logros de los miembros de su equipo.
- Representación: manifiesta los interese del grupo y actúa en representación de este.
- Integración: estimula una atmosfera agradable, reduce los conflictos, genera oportunidades de autorrealización y promueve el ajuste individual dentro del grupo.
- Organización: estructura su propio trabajo, el de los otros miembros y las relaciones entre ellos, al realizar las tareas.
- Negociación: fomenta la toma de decisiones y la expresión libre y respetuosa de opiniones.
- Comunicación: suministra y obtiene información de todos los miembros de su grupo, resuelve malos entendidos, manifiesta conversaciones asertivas, escucha y luego opina y ejerce mediación para solucionar conflictos internos.
- Producción: el líder fija niveles de esfuerzo o cumplimiento de metas de común acuerdo con su grupo. Inspira, con su propio ejemplo, al resto de su grupo para mejorar el rendimiento general y alcanzar el éxito o enfrentar con sensatez.
ESTILOS DE LÍDERES
Las personas que lideran son
diferentes porque poseen características personales definidas. Ellas difieren según
su personalidad o la aproximación que tengan al liderazgo verdadero.
Sin embargo, sea cual fuere el
estilo de liderar, vale la pena resaltar
que un verdadero líder despierta el potencial personal y de otras personas,
para ponerlo al servicio de obras de beneficio común.
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