Unas de las características propias del ser humano es el
pensamiento. A través de él, interpreta la realidad y la confronta con sus
propias ideas y sentimientos. Por eso, para cada individuo, el hecho de existir
implica una búsqueda constante de razones para darle un significado más
profundo a su existencia.
El sentido que le damos a
nuestra vida, depende también de nuestros valores y de las metas y propósitos que
deseamos alcanzar, como parte de nuestro proyecto de vida. Por lo tanto, cada persona construye el
sentido de su existencia con base en las condiciones intrínsecas que la
caracterizan y las extrínsecas que asimila del entorno; es decir, por medio de
la identidad personal que ha desarrollado durante su vida.
Las personas nos convertimos
en seres con innumerables capacidades de creación y trascendencia. Este aspecto
propio de la identidad humana se llama voluntad de sentido y nos orienta par
encontrarle una razón a la existencia a
cada circunstancia que nos corresponde vivir.
Esta necesidad de
encontrarle sentido a la vida se intensifica cuando nos enfrentamos a
situaciones límite o trascendentales: fracasos o logros académicos,
enfermedades, discriminación, angustia de muerte, separaciones afectivas, vacío existencial,
falta de sentido de pertenencia, drogadicción,
etc.
Esto se debe a que los seres
humanos somos seres integrales formados por tres dimensiones: cuerpo-mente-espíritu.
DIMENSION
BIOLOGICA (CUERPO): Se refiere a la anatomía, las reacciones químicas
del cuerpo, la actividad neural, etc. su función es regular todos los procesos anatómicos
y fisiológicos que operan en nuestro organismo.
DIMENSION
PSICOLOGICA (MENTE): Se refiere a la interpretación de ambiente y
la influencia que ejerce sobre nosotros. Por ejemplo deseos insatisfechos,
creencias, impulsos, instintos, etc.
DIMENSION
ESPIRITUAL (ESPIRITU): Se refiere al calor personal de cada
ser humano por el hecho de existir. Por
ejemplo la dignidad, la autenticad, la libertad, la conciencia, la
trascendencia, etc.
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